miércoles, 6 de abril de 2016

Algo se estará haciendo bien.

Y probablemente sea de esa sensación de la cual uno intenta salir a flote, o esconderse en las sombras de calles de extrarradio, o donde no haya luz a tardes horas de noche oscura. El caso es levantarse de un buen golpe de realidad. Cambiar cada mal día de esos que no avisan y golpean hasta el K.O. por un simple "algo" que salga bien. Porque a veces, y sólo a veces, únicamente necesitamos eso. 
Algo que salga bien.
Algo que se pueda escribir con ceniza de sus buenos años a traición en tu agenda privada, para ojear los días y saber como estabas. Cuando de verdad estabas. Cuando de verdad flotabas al compás de mil tambores marcando ritmo fijo entre tanto alboroto de gritos de puro fanatismo descontrolado.

Escuchando al tiempo sabremos que algo se está haciendo bien cuando de las nieblas se ve una duda menos y que no se eche de menos. Aprovechemos a vivir bien, que no haya problemas. Estemos por encima de las penas sin que nos falte oxígeno para llegar a la cumbre y dejar la bandera de nuestro estado de ánimo. Recuerdo ese momento. Todo parecía tan, tan, tan pequeño que ni mi vértigo valía más que ese gesto. Y muy loco o tocado de la cabeza hay que estar para ver de este a oeste y de norte a sur sin perder tu reojo. 

"Cuando llueve comparto mi paraguas, si no tengo paraguas, comparto la lluvia."
Vamos a estabilizar el panorama que si no todo el mundo se monta en el trozo de paraíso abstracto que se está creando alrededor de esta realidad distorsionada. Cantar en blanco y negro con base de dos tiempo pasados. Las letras que se escriben en una orilla y se sienten canal abajo, que hacen temblar una baldosa en el otro lado del mundo y provocan evasiones al azar de armonías confusas. Qué sensación de volar desde un solo estado de ánimo. Pasar con tu otro mundo los buenos ratos de humos y pared escuchando. El temblar de muelles al compás de dos acordeones. El saber estar, madre mía, el saber estar lo es todo, amigo.

Venimos a decir que sí, que así todo va mejor. Nada de sufrir para esperar ese rostro bonito que te jure bailar entre lobos despacio y luego avivar a la manada a su antojo. Creamos lo que sentimos por buena experiencia de novatos y trabémonos antes de seguir con lo que los años nos indiquen. Evitarnos la pregunta para contener la hemorragia de angustia. Que será mejor cerrar a cal y canto. Como los bares cuando es hora de ir a casa. O a cama ajena. Brindemos por ello.

Trasteando un poco algo vemos con buenos ojos, luchemos por ello anda. No tratemos de dárnoslas de sobrados que no nos va muy bien por donde nos la jugamos. Guardemos la fe dentro de la caja fuerte. De esa de la que ya he escrito. Era importante para llegar a esta realidad. Para llegarnos.

Algo se está haciendo bien, que sí, que las guitarras resuenan aun estando paradas.
Las camas huelen a pactos de unión amable, a cambios de rumbo o de posición relativa de dos cuerpos. 

Algo se estará haciendo bien para escribir así, para que nada suene más alto que esos tambores de guerra. 
Para que todo tenga su sentido y los que buscan carne fresca aquí la huelan. 

Disfrutad. 
Que siempre es pronto para ello.

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