martes, 12 de septiembre de 2017

Cuánto.

Cuánto tiempo. Polvo en los descansos, heridas en las comisuras de tus sueños. Cuánto tiempo sin evasión, sin este principio fundamental de mi cuento. Podemos regalarnos cariño, pero para eso no he venido. He venido para un pequeño sinsentido. Una pizca de aguardiente festivalero en boca de todos y con muy poco espacio para nosotros. Calienta agosto y salen historias del subsuelo, barcos llenos de nuevas para que te enteres y vuelvas. Descalza a poder ser, que sientas mi calma hecha estropicio.

Todo por lo que he retenido, todo lo que mis eternas pesadillas de preescolar me gritaban a horas intempestivas ya salió a flote. Aparecen cubiertas de purpurina odiosa y jodidamente parecida a polvo de hada (¡y que viva la magia!). Partimos de que no iba a ser así, tú ibas a derrumbar tus males en mi espalda, yo disimular espabilado que no te necesito cerca. Que ahora soy menos guiños y más electricidad. No sé como te las apañas para hacerme pensar, ni mi almohada en sus mejores noches daba con la tecla. Nunca nadie supo tocar el botón adecuado de mi risa, de mis trucos de magia, de mi acariciar de barba.

"Todo lo que me das me lo quitas. No hay razón más fuerte para dártelo todo".

Cuánto ha podido pasar desde que no caes agotada e intentas tocar el cielo con tus piernas vertiginosas, con tu uñas recién pintadas y dispuestas a cazar. Porque eres una mezcla de estados, de bailes y de noches sin acabar. Si aún crees, confía, ¿anecdótico verdad? Solamente estaba de acuerdo con el tiempo en que tarde o temprano tocaría. Y tocó. Granadas al aire.


No basta con tratarnos desde lejos, ya no. Estás aquí, te puedo notar respirar y levito sin vértigo. Curioso empezar habiendo ya terminado, sabiendo que no hay jamás lado malo, que estamos tan de paso como todo lo qué vivimos con los ojos tapados. Sin creérnoslo nunca. Ese fue el fallo. Sin final no hay salto. Cuenta de nuevo. 


lunes, 3 de abril de 2017

Ya no.

Creo que por una vez tenemos que dejarnos de historias. Así, sin música de fondo ni corcheas acordes a nuestros gestos faciales. Se suele llamar ser claros, concisos. Yo, personalmente, lo considero elegancia, saber ser fiel a todo lo que llevas construido y no dejarlo tambalear por tus sinsentidos. 

El tiempo se inventó por algo. Un buen uso puede ser el verlo pasar, paralelo a tu realidad inventada y muy fuera de tu radio de control. Otro, no por ello menos válido, saber crecer a su paso. Se puede vivir de una cuna de cristal, de una ventana opaca o de un sueño vacío. En realidad, de casi todo se puede hacer vida, y es algo que no encajo en mis huecos. 

Esto está escrito a traición. Traiciono a un número incontable de conversaciones nocturnas bajo un frio soportable o al buen calor de un buen oyente, lo hago por salud. Notar que se van las vitaminas del zumo siempre altera, y no se necesita de su tensión.

Los calmantes se sacan de quicio tratando de tranquilizar el estado de nerviosismo encontrado dentro de tus sábanas. Las pocas razones de tu castillo de naipes, la corriente de viento que dejas pasar para correr el riesgo de verlo todo derrumbado. Las ganas de descansar.

Sin tapar las palabras con un beso, ya no. Sin saber muy bien quién escucha mi voz. 

Copa de vino semillena, semivacía la razón. 

"Y de todo pasamos sentados al trasluz de mi copa de vino."



jueves, 9 de marzo de 2017

¿Estás?

No estar seguro. Tranquilo puede ser, pero seguro no. Y cuesta dormir sin seguridad tanto como una noche sin los amigos de siempre arropando tus tramadas. Es curioso como algo que parecía raíz se va soltando a base de desgana. Porque amigos, la desgana, así como su opuesto, lo son todo en la vida.
Que cuando dos ganas se juntan nada acaba. Ilusión infinita de carne y hueso.

Ganas de tirar hacia delante, de liberar el pie del freno y fundir el acelerador cuesta abajo. Darlo todo por lo importante y respirar a la par para coger doble impulso. Ganas de cruzarse y ni dejarse aire entre ambos cuerpos. De destrozarse a golpes energéticos en plena calma, la adrenalina puesta a flor de piel compartiendo salto. Así se llenan vidas vacías y se secan tristezas hechas vida. Ganas de tener ganas. No hay palabra que más llene el alma.

Desganas de la misma calma, el desinterés por puro pasotismo. Las trazas del pasado se olvidan si no las trabajas, ¿el primero momento fue mágico por llevar ese adjetivo delante? Pensar en que es todo seguro, que la desgana es pasajera, que acaba saliendo por la puerta de atrás sin dejar huella. Que no duele y no se siente en su espejo. Error. Falta.

"Yo no voy a mirar el tiempo, quiero que él me mire a mi.
Si alguna vez te pregunta, me cansé de la desgana."
Despierta y descarga tu energía en renovar la nuestra. Compartiendo ganas y dejando desganas se gana. Aprender a valorar lo que se tiene y no lo que falta. No es cuestión de trastocar las taras. No dudes en no decir lo que piensas, pues cuando dudas has perdido, y otra gana. Puesto pirenaico concedido en el reino. No resbales, que hace frío y el hielo desquebraja.

Solo espera, que yo llegaré. 
Espera sintiendo la gana.
Si no, no hay momento que valga.
Y no quiero seguir buscando en la nada. 

Recalco,
el secreto está en las ganas.

martes, 24 de enero de 2017

Veintitrés.

Número par y a final de mes, esperando ser esperado con ganas. 

¿Qué mejor forma de llegarte cerca estando lejos que a través del tiempo?

Suerte de poder dedicar tiempo para ella, se lo merece. Realmente se merece la alegría y fuerza con la que vive días y noches inacabables. De nuevo, y esta vez, suerte para mi de haber coincidido. Historia irreemplazable y recuerdos para ti. Siguen sonando fuerte tambores de guerra al atardecer, que desde la orilla como que sienta mejor el viento de levante. Hablamos de Valley, de mujeres de verde, de veranos con forma y estado. Pedazos de sensaciones encontradas entre días de nervios y euforia competitiva, entre bailes en el aire y mares de risas cómodas incorporadas al viaje. Y todo esto, desde hace ya ni se sabe.

No se me ocurría mejor camino con el que dedicar el valor que mereces que éste. Por la ilusión de leerme en agosto, por la importancia de tus pequeños significantes veintitrés, por brindar dentro de poco y por estar siempre ahí. Empeño mutuo, yo me encargo.

Deseo de que el universo te cuide tanto como mereces, que te enseñe que aún te queda por reír, por descubrir nuevos paisajes y gritar al vacío cuando necesites. Que sigas tu filosofía de no arrepentirte de nada, ¡nada de pensar en el mañana! 
Seguir así.

Un pedazo de ti para este cada día más amplio cuaderno. Notas escritas sin apenas tiempo para intentar igualar despedidas sin fin. Sigue sonriendo, pues así haces feliz. Disfruta del momento, que es mejor soñar así. Suerte de poder seguir, suerte de poderte escribir.
Suerte de tus nuevos veintitrés. 
Suerte de ti.