jueves, 28 de mayo de 2015

Medidas por ti.

Cuento cada noche entre tus ganas. 
Alcanzamos la luna dando pasos de gigante con tu locura como impulso. Eres capaz de llenarme tanto a base de palabras que cuando muerdes me gusta y todo. Salgo despedido en forma de estrella fugaz, de las que nunca se ven, pero cada noche están. Hace poco me di cuenta de mi sueño. Del sueño que me quitas cuando compartimos cama. Cuando hacemos del amor un sueño y del sueño el amor. Cuando me haces sentir indestructible. Midamos cada caricia en la misma escala desde que nos conocimos. No pongamos límites, nos sentimos infinitos. Todos los miedos se quedan atrás, tengo la carrera ganada desde que tengo tu sonrisa de ventaja. Cuéntame cómo dicen tus lunares que me sienten. Que se lo digan a tu cuerpo en forma de cosquillas, donde yo nunca te las encuentro. 
Porque en tus ojos, créeme que me pierdo.

Hablemos de medidas.
Hablemos de encajarnos.

lunes, 25 de mayo de 2015

Pequeño pedazo de nosotros.

Podría escribir la más tierna historia jamás soñada.
La mejor de las vividas por mi piel.
Podría quedarme a vivir en tu cuerpo.
Para arroparnos de ese frío que me animaba a ti.
Para tenernos cerca cuando estemos lejos de casa. 

Prefiero llamar hogar a ese metro cuadrado pegado a ti.

Podría dejar un par de frases bonitas en una servilleta, haciendo referencia a eso que dicen de  que con nada se puede llenar un mundo.
Se puede construir un universo con noches blancas, deseos al cielo y rutas sin miedo.
Es tan jodidamente sencillo saber que no hay lugar en el que no deseo hacerte el amor lento.

Somos un poquito más de norte, más de naturaleza, montaña, cascada y cueva.
Un poco más de hablar de futuros en los que nos veamos al despertar.
Sabiendo, que una vez que se cumpla eso, todo estará bien. Todo estará bien.

También me quedo con guitarras haciendo sonar una noche en acústico. 
Voces desgarradas arropadas por cervezas vacías y calor de buena gente.

Me pedías cuatro líneas poco dedicadas. Solamente tengo esto. 
Puede parecer un pellizco de ganas, un sorteo de rabia porque tuvo que terminar. 
Esto te pertenece.

Podría quedarme con tantos trozos de esta huida, pero,
únicamente quiero huir en ti.


lunes, 4 de mayo de 2015

De sueños.

Ayer soñé contigo.
Soñé con nosotros.
Soñé con lo juguetona que te pones al iluminar la noche.
Con lo bien que muerde tu boca. Lo fuerte que besan tus labios.
Soñé con un rincón de sábanas blancas. Con pájaros por las paredes. Revoloteando en busca del de tu cuerpo.
Con ciudades y rincones vistos a través de fotografías.
Con conciertos de otras noches saltando.
Soñé en cámara lenta. Soñé despacio.
Soñé con música de fondo.
Todo parecía un anuncio.
Soñé con sonidos desde la calle. Soñé en lo blanca que estás hasta en sueños, jodía.

Soñé a escondidas, porque me da sentimiento decirlo. No sabía si está bien visto.
Soñé como hacía tiempo. 

Y debo reconocer que fue un sueño tan bien soñado,
que volvería a soñarte de nuevo.

viernes, 1 de mayo de 2015

Sin desastres no hay aciertos.

Volvamos a soñar con los veranos.
Valemos más de lo que pensamos.
Llena con tu cuerpo mis labios.
Recuerda las noches de frío temblando.
Las horas previas bailando.
Esperando tu roce en forma de amago.

Mantengamos las horas de sueño intactas.
Las sonrisas desencadenadas en el alma.
Disfruta de mis ganas con calma.
Al natural todo brilla, reluce, impacta.
Tu cintura algo en mí desata.


Lo maravilloso de los errores no forzados son las ganas posteriores de evitarlos. Ese "¿Por qué nos tuvimos que cruzar?". Luego aparecen furtivamente mil y una historias que nos vuelven locos por dentro y por fuera del corazón. Porque nos incomoda la idea de haber creído en algo que no podía ser. Coincidimos. Ahora tengo claro que coincidir es el preludio a conocerte. Las señales no encajaban, porque los puzzles se hacen mejor de pequeños. Y nosotros, tan jóvenes, nos dimos de bruces con el invierno. Nos dimos de morros con el tiempo y el espacio. Dos variables entre nosotros que no supimos despejar, de momento. Porque lo intentamos juntos, pero más separados. Cada noche, cada uno en su cuarto. Desarrollando los mil teoremas que sabemos, las pocas experiencias que habíamos forjado antes de conocernos. Estoy seguro que tu cama se ha llenado de papeles en sucio. La mía de noches en vela, con ojeras de ti. Te fallé y duele. No conseguimos descifrar, encajar valores. Pero repito, de momento.

Porque tras el primer error vienen las luces. Porque tras el segundo desastre bien el acierto.