domingo, 24 de abril de 2016

En tu ciudad de noche.

Y tratando de recomponer el mundo que no descansa y de establecer el rumbo correcto nos vamos encontrando con interferencias de corto, medio y cruel largo alcance por el camino.

Con noches en las que ni por segundos me llega para alcanzar esos recuerdos y con otras en las que echando un ojo a la cartera o leyendo textos impregnados de palabras complejas de enlazar se me vienen a la cabeza. Las canciones en lista de espera. Las que cantaste al despertar en septiembre, pero que así, entre tu y yo, para nosotros quedan. Que no sé si sabes de mi, pero espero que algún día te vea.


Descubrir canciones que marcan y escucharlas a raíz de la marca. Hoy, un poco para desahogar, que los domingos están desde siempre hechos para recordar. Para la monchura que decían.

Imagínatelo así. Por nuestro tapiz de cielo.

"Imagíname feliz, así será como un cuento,
imagínate un desliz sobre un tapiz de cielo.
Luego escribiré Berlín para que llegue el invierno,
rodaremos y el jardín será un vestido nuevo.
Luego otra vez a vivir, luego primavera invierno...

Imagínatelo así, con esta cara de baile,
como quien te hace reír y te besa en la tarde.
Luego una canción sin mi.
Imagínate un perdón por lo bailado, un "no te quiero tanto" sin salvarte antes, 
reavivar desplantes, posado en tus labios, levitar sin aire,
queriendo ser viento.
Tengo demasiado tiempo libre para ser feliz,
tengo que salir de aquí, me estoy volviendo cuerdo.

Y miro la cara que tiene la luna y yo,
que busco en la tuya el futuro y lo encuentro sólo cuando bebo, lo siento, me voy...
Y un colibrí de palabras, lentas sin significado,
a una garganta que canta, un medidor de pasado.
Aún no es tarde es mañana, aún me quieres callado...

Ahora baila, baila.

Imagínanos sin mar pero mojados, dos acantilados y un barco de vela,
un abrazo largo de sonido celta, recoger lo que ha dejado una marea llena, 
y pasear descalzos con nuestro tesoro, y tú,
dices que te quedas y nunca acaba el verano.

Vamos a hablarlo, ¿qué te molesta al vivir?
somos dos barcos varados, somos Machado y Machín.
Vamos a un lado, hay otro "pero no" aquí,
vamos rodando descalzos, vamos queriendo seguir, vamos callados..."

-Don Andrés Suárez.-
Feliz despertar de finales de verano. Vuelta a la realidad.

viernes, 8 de abril de 2016

Hazlo por ti.

Apaga incendios, que de noche la llama ilumina más, pero quema menos.
Apaga incendios y deja borradores de vida para otros, tú no dejes de soñar.

Ya hace tanto desde tu fugaz huida del reino que cuesta acordarse de las preguntas sin medida, las muchas confianzas y las pocas manos frías. Repito, apaga incendios. Baila sin pensar y mantén tu mente en blanco para que los giros y ajetreos de tu cuerpo la llenen de trazos a pulso fino. Sueña con casualidades. Fuerza derrochas de vida, de ganas de mundo a tus pies y paredes rendidas. Confío en no estar inmersos en dudas y malas cuentas tardías. Porque dolería. Tenernos en un puño y haber hecho el descuidado. Tirar por un gran peldaño como es la llegada del invierno todo lo que conseguimos en tres semanas de verano. Para nosotros siempre. Déjate ver, si sales de tus líneas y de verdad lo ves. Si no es para nosotros, hazlo por ti. Trátame como apoyo, porque jamás me fui, pero a la vez, me sigo yendo. 

"Quizás la ausencia de señales sea una señal."
Son estas veces que te encuentras rendido a pies de sus juegos de labia y recuerdos olvidados. Escondidos para no causar daño, pero buenos recuerdos. Con musas y pájaros que sienta bien pensarlos, solo que a destiempo. Dejarlo aquí para desahogos frustrados. Que es tarde, hace frío y son horas de almohada. A descansar, que todo irá más lento. Sigue riendo.

Y recuerda,
te sigo leyendo.

miércoles, 6 de abril de 2016

Algo se estará haciendo bien.

Y probablemente sea de esa sensación de la cual uno intenta salir a flote, o esconderse en las sombras de calles de extrarradio, o donde no haya luz a tardes horas de noche oscura. El caso es levantarse de un buen golpe de realidad. Cambiar cada mal día de esos que no avisan y golpean hasta el K.O. por un simple "algo" que salga bien. Porque a veces, y sólo a veces, únicamente necesitamos eso. 
Algo que salga bien.
Algo que se pueda escribir con ceniza de sus buenos años a traición en tu agenda privada, para ojear los días y saber como estabas. Cuando de verdad estabas. Cuando de verdad flotabas al compás de mil tambores marcando ritmo fijo entre tanto alboroto de gritos de puro fanatismo descontrolado.

Escuchando al tiempo sabremos que algo se está haciendo bien cuando de las nieblas se ve una duda menos y que no se eche de menos. Aprovechemos a vivir bien, que no haya problemas. Estemos por encima de las penas sin que nos falte oxígeno para llegar a la cumbre y dejar la bandera de nuestro estado de ánimo. Recuerdo ese momento. Todo parecía tan, tan, tan pequeño que ni mi vértigo valía más que ese gesto. Y muy loco o tocado de la cabeza hay que estar para ver de este a oeste y de norte a sur sin perder tu reojo. 

"Cuando llueve comparto mi paraguas, si no tengo paraguas, comparto la lluvia."
Vamos a estabilizar el panorama que si no todo el mundo se monta en el trozo de paraíso abstracto que se está creando alrededor de esta realidad distorsionada. Cantar en blanco y negro con base de dos tiempo pasados. Las letras que se escriben en una orilla y se sienten canal abajo, que hacen temblar una baldosa en el otro lado del mundo y provocan evasiones al azar de armonías confusas. Qué sensación de volar desde un solo estado de ánimo. Pasar con tu otro mundo los buenos ratos de humos y pared escuchando. El temblar de muelles al compás de dos acordeones. El saber estar, madre mía, el saber estar lo es todo, amigo.

Venimos a decir que sí, que así todo va mejor. Nada de sufrir para esperar ese rostro bonito que te jure bailar entre lobos despacio y luego avivar a la manada a su antojo. Creamos lo que sentimos por buena experiencia de novatos y trabémonos antes de seguir con lo que los años nos indiquen. Evitarnos la pregunta para contener la hemorragia de angustia. Que será mejor cerrar a cal y canto. Como los bares cuando es hora de ir a casa. O a cama ajena. Brindemos por ello.

Trasteando un poco algo vemos con buenos ojos, luchemos por ello anda. No tratemos de dárnoslas de sobrados que no nos va muy bien por donde nos la jugamos. Guardemos la fe dentro de la caja fuerte. De esa de la que ya he escrito. Era importante para llegar a esta realidad. Para llegarnos.

Algo se está haciendo bien, que sí, que las guitarras resuenan aun estando paradas.
Las camas huelen a pactos de unión amable, a cambios de rumbo o de posición relativa de dos cuerpos. 

Algo se estará haciendo bien para escribir así, para que nada suene más alto que esos tambores de guerra. 
Para que todo tenga su sentido y los que buscan carne fresca aquí la huelan. 

Disfrutad. 
Que siempre es pronto para ello.