lunes, 15 de junio de 2015

Siesta de verano.

Hoy ha sido el día. 
El día en el que se mira un calendario y se pone uno a organizar su verano. 
Se van fijando días pensando en cómo serán sus noches. Viendo esas noches como la alternativa a tu rutina, a tu vida en el mundo real. Buscamos esos días con magia con la esperanza de encontrarla en el fondo del sombrero de copa de agosto. Esas fechas reservadas desde hace un año. 

Me dieron la oportunidad de no encontrarte, de no cumplir. No sé si por hacerme un favor o por dispararme a bocajarro. Se quisieron reír de mi. De mis siestas. Del significado de abrigarme de madrugada. La verdad, no sé siquiera si estarás. Quién sabe si la cafeína pudo contigo, invencible. Si podremos reírnos de lo que solo se ríen los que conocen las ganas. De si seguirás escribiendo. Hablaremos de todo. Veremos las fugaces desde el parque. Columpiémonos hasta volver a conocernos. Te guardo en fotos, en acordes, en bailes. 

Pero mi subconsciente trata por mí. 
Ya se encargó él de intentar hacernos coincidir. 
Descuida, tranquila. Son solo palabras.


Qué ganas de vientos cálidos. De disfrutar la sombra que nos trae el bebernos los chupitos a pares.
Deseo suerte para estos días, revivirnos en un tiempo.

Pongo esta carta debajo de la almohada. 
Esperando despertar borracho de una siesta de verano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario