sábado, 11 de abril de 2015

Juego de dos.

¡Es tan sencillo hacer girar el mundo pensando en ella!

Probablemente todo en esta vida se reduzca a oportunidades. Las cuales, el universo inmerso en su propio juego se siente el rey, dedicándose a imponer normas absurdas que poco valen si tenemos su cama como premio. Estas oportunidades no os deben engañar. Tened cuidado. Solo valen lo que vuestro miedo os marque. Son momentos. Momentos por los cuales pasa un segundo de indecisión que se ocupa de reírse de lleno de nuestra seguridad. 

Cambiemos las tornas.

Para qué necesitamos que el miedo decida por nuestro corazón. El miedo no nos bombea sangre. No nos mantiene con vida. No me enamoras con tu miedo. El miedo no siente esas típicas mariposas de película que suben desde más abajo de donde está. El miedo no se merece que controlemos sus pulsaciones.


Dejemos paso a lo que nos mueve a conocernos. Lo que me impulsó a hablarte. Me dio fuerza para besarnos. El que soñó por los dos cómo sería rozarte en Venecia.

Tú bombeas mi vida por mi. Porque en mi juego, tú serás universo, normas y reina. Todas las oportunidades deberían reducirse a uno mismo. Cada momento pensado, en lo que te hace feliz.

Hablamos de mantenerse en pie. De volar usando otras alas. 
Sus bocanadas de risas intentando coger aire. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario