martes, 13 de enero de 2015

La luz que da la noche.

Sólo se trata de un mal sueño. Recuerda. Sólo un mal sueño. Andamos de puntillas por la noche para alcanzar a ver la luz que brilla fuera. Gritamos, callamos, nos volvemos locos. Frenamos, reducimos y pensamos. Nos tenemos.

Saben mejor las noches sin pijama. Me quedo con las de otoño, caprichos supongo. Su tacto te mantiene alerta, te da la bienvenida a su noche. Noche que decide compartir, pura educación, gracias. Saben mejor las noches que no saben a noches. Los días que pasan a ser noches demasiado (poco) largas. Levantas la mirada regateando al reloj. No quieres salir de esa noche. Haces trampas por bien del sueño. Porque soñarte da miedo. 



Porque decides volverte loca cuando yo me he vuelto cuerdo. Porque tú me das la locura para ello. Ahí siguen, brillando. Tenéis que elegir una, ese es el trato. Locura en oferta, una y es toda vuestra. Saben rápido la respuesta. Esa noche se lo recuerda. 

Saben mejor las noches de guardia. Tú duerme mientras yo vigilo. ¡Qué se atreva el sueño a asustarte! Disfruta para despertarme con ganas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario